El año pasado, durante nuestra primera clínica pro se en Carolina del Norte, Máximo solicitó la acción diferida para trabajadores migrantes involucrados en disputas laborales. El empleador de Máximo lo había obligado a él y a sus colegas a trabajar en los campos de camote bajo un calor extremo, sin suficiente agua ni descansos. Como resultado, un trabajador murió de insolación. Máximo decidió solicitar acción diferida para poder permanecer en Estados Unidos y luchar para recibir justicia para él y sus colegas.
Gracias a la acción diferida, Maximo pudo encontrar un trabajo bien remunerado donde lo tratan con respeto y dignidad. También decidió unirse a otros líderes migrantes en el Comité de Defensa del Migrante, para poder seguir organizando, construyendo poder y abogando por la justicia en el sistema de migración laboral. Su esposa también está iniciando el proceso para convertirse en miembro.
El fin de semana pasado realizamos nuestra tercera clínica en Carolina del Norte y Máximo estuvo allí nuevamente. Pero esta vez, estaba allí para ayudar a otras personas trabajadoras, hablar con ellas sobre la importancia de oponerse al abuso y compartir su experiencia con la acción diferida. Conociendo muy bien los desafíos que implica movilizarse como persona trabajadora migrante, incluso se ofreció a llevar a algunos colegas a la clínica personalmente.
Historias como la de Máximo ilustran como acción diferida representa una protección crucial para los trabajadores migrantes que enfrentan abusos. Es un proceso que le brinda a las personas trabajadoras la seguridad y la protección que necesitan así como la libertad de encontrar un empleo digno en otro lugar.
Es por eso que, desde que se anunció el proceso el año pasado, hemos realizado múltiples clínicas en cuatro estados diferentes. Tan solo en los últimos dos meses, hemos realizado cuatro clínicas en persona en Carolina del Norte y Delaware, donde ayudamos a docenas de trabajadores a llenar sus solicitudes de acción diferida.
Las personas trabajadoras que el CDM ha organizado a través de clínicas específicas cerca de los lugares de trabajo donde tenemos casos y campañas trabajan en todos los sectores laborales, desde la agricultura hasta la avicultura y el saneamiento. Las clínicas han tenido éxito debido a nuestras sólidas alianzas con líderes del Comité de Defensa del Migrante como Máximo y organizaciones comunitarias. Todas las personas trabajadoras a las que hemos apoyado tienen una cosa en común: un profundo deseo de lograr condiciones de trabajo justas y seguras.
El Centro de Justicia de Carolina del Norte, El Futuro es Nuestro, la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, Student Action with Farmworkers y la Federación Hispana hicieron que la clínica del fin de semana pasado en Carolina del Norte fuera otro éxito. Gracias por apoyar a las personas trabajadoras migrantes y al CDM en la promoción de la justicia para todas las personas trabajadoras.
Nuestro trabajo en torno a la acción diferida está lejos de terminar. ¿Seguirás ayudándonos a llevar la acción diferida a más personas trabajadoras como Máximo que necesitan protección contra las represalias de empleadores abusivos?