¿Ya viste nuestro último informe,  “Iluminando la luz sobre el trabajo de verano: una primera mirada a los empleadores que usan la visa de viaje de verano J-1“? El Departamento de Estado ya lo vio.

El informe detalla el abuso que enfrentan las y los trabajadores jóvenes de todo el mundo bajo el programa J-1 Summer Work Travel del Departamento de Estado. Presentamos el informe junto con Oliver, un ex trabajador J-1 SWT, y con nuestros coautores en el Grupo de Trabajo Internacional de Reclutamiento Laboral (ILRWG).

“Iluminando la luz sobre el trabajo de verano” ha sido el tema de conversación de la ciudad, obteniendo cobertura en Bloomberg, Politico, The Guardian, Reuters, EFE. Hemos creado un eco que amplifica las voces y experiencias de las y los mismos trabajadores.

Los reguladores escucharon. Las reglas propuestas para proteger a las y los trabajadores de J-1 SWT se habían dejado de un lado desde enero de 2017. Sin embargo, el jueves pasado, solo 10 días después de que lanzamos nuestro informe, el Departamento de Estado envió estas reglas a la Casa Blanca para su revisión.

Estas reglas son un buen primer paso para proteger a las y los trabajadores, pero tenemos un largo camino por recorrer. Cuando enviamos comentarios sobre las reglas en 2017, felicitamos al Departamento de Estado por sus esfuerzos para tener requisitos más rigurosos de vivienda, transporte e intercambio cultural.

Pero estas reglas están lejos de ser perfectas. Las reglas propuestas mantendrían el sistema de aplicación y monitoreo basado en las agencias patrocinadoras. Uno de sus mayores defectos es proponer que los patrocinadores solo pueden cobrar cuotas que sean “legales” y “justificables” a las y los trabajadores J-1 SWT. Nuestros años de experiencia documentando el abuso en el reclutamiento laboral internacional prueban que las cuotas facilitan la explotación y la trata. Ninguna cuota se justifica: nadie debería pagar para trabajar.

Nuestro objetivo es elevar los estándares laborales para todas y todos los trabajadores reclutados internacionalmente. Estamos muy orgullosas de luchar junto a nuestras amigas en el ILRWG, una coalición de más de 30 organizaciones y académicos presidida por el CDM. Estamos especialmente agradecidas con nuestras coautoras del informe: AFL-CIO, Economic Policy Institute, Justice in Motion y Southern Poverty Law Center.

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P.D. Por si te lo perdiste, aquí está nuestro editorial sobre el tema en The Baltimore Sun.