En el Día Conmemorativo de las Personas Trabajadoras Fallecidas de 2020, mientras la pandemia se propagaba rápidamente, anunciamos nuestro Proyecto Personas Procesadoras de Proteínas (PPP), un esfuerzo colectivo para garantizar que las personas trabajadoras con conocimientos limitados del inglés tuvieran acceso a información precisa sobre COVID-19, sus derechos y cómo protegerse de las enfermedades transmisibles.
Hoy, nos enorgullece compartir con ustedes nuestro reporte de impacto del segundo año del proyecto que detalla nuestro modelo basado en asociaciones y los increíbles resultados que logramos junto con nuestras 13 organizaciones asociadas.
Tanto en persona como en línea, ayudamos a las personas trabajadoras a defender sus derechos, proteger su salud y acceder a vacunas, pruebas e información vital sobre su derecho a un lugar de trabajo saludable y seguro, llegando a más de 271,800 personas trabajadoras y sus comunidades en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Delaware, Maryland y Virginia.
Aprovechando el conocimiento y los recursos de nuestras organizaciones asociadas y la experiencia quienes trabaja en procesamiento, apoyamos más de 500 eventos y actividades comunitarias, entregamos información y recursos a más de 110,500 personas trabajadoras y sus comunidades en persona, y llegamos a más de 161,000 personas más a través de medios digitales, recursos y programas en español, inglés, criollo haitiano, mixteco y otras lenguas indígenas.
Puedes leer más sobre el increíble impacto del proyecto en nuestro Informe de impacto del segundo año aquí.
Luchar por el derecho de todas las personas trabajadores a un lugar de trabajo saludable y seguro ha sido una prioridad para CDM desde su fundación en 2005. El proyecto PPP nos ha permitido promover este esfuerzo a través de una campaña dirigida a las personas trabajadores de la industria de procesamiento de proteínas y sus comunidades. Ahora, mientras la administración Biden se prepara para poner fin a las declaraciones de emergencia de COVID-19 el próximo mes, es más importante que nunca continuar priorizando la salud de las personas trabajadoras de primera línea y fortalecer la salud y seguridad ocupacional de las personas trabajadoras migrantes durante la próxima fase de la pandemia y más allá.
Una de las lecciones más importantes que aprendimos de la pandemia de COVID es que la salud de las personas trabajadoras ES salud pública. Como tal, debemos seguir trabajando en conjunto para garantizar que las personas trabajadoras no solo conozcan sus derechos, sino que también se sientan protegidas al ejercer sus derechos a la salud y la seguridad, sin temor a represalias. ¿Te unirás a nosotras para defender a las personas que denuncian y a las personas trabajadoras que defienden sus derechos y buscan condiciones de trabajo justas?