Eduardo y Gerardo, dos trabajadores de México, fueron reclutados para trabajar como trabajadores agrícolas en los Estados Unidos con visas H-2A. Después de pasar semanas sin recibir pago por su trabajo, Eduardo y Gerardo alzaron su voz. En respuesta, el subcontratista de Four Star Greenhouse, un invernadero, los atrajo a ellos y otros seis trabajadores al supermercado Walmart para un “viaje de compras” con el pretexto de una “inspección de la vivienda”. Agentes de inmigración estaban esperando a Eduardo, Gerardo y sus compañeros. Los trabajadores se dieron cuenta de que sus visas no se habían extendido realmente, como les había dicho su empleador. Fueron detenidos y devueltos a México.

Hoy, Eduardo, Gerardo y cuatro de sus colegas están llevando a su empleador Four Star a la corte federal. Representados por el CDM y nuestras aliadas en

Gerardo Santiago Hernandez, un demandante en el caso

Este no es un incidente aislado. Los empleadores tienen todo el poder e ignoran las reglas, mientras que los organismos encargados de hacer cumplir la ley están más que dispuestos a actuar como su ejecutor. La corrupción y la decadencia son tan profundas en estos programas de trabajo temporal que los empleadores utilizan habitualmente a oficiales de inmigración como su músculo, amenazando y deportando a las y los trabajadores antes de que puedan dar la alarma y emprender acciones legales.

“Es injusto para nosotros viajar tan lejos, estar separados de nuestras familias y en algunos puntos, ni siquiera saber cómo les está yendo, y luego que nuestros empleadores no cumplan sus promesas, no nos paguen, y tomen represalias contra nosotros. No es justo”, compartió, Eduardo Reyes Trujillo, trabajador quien demanda hoy a Four Star.

En pocas palabras, la estructura del programa H-2A facilita la trata de personas. En lugar de fortalecer las protecciones para las y los trabajadores, el gobierno está suavizando los requisitos para que los empleadores contraten a personas trabajadoras H-2A durante la pandemia. Debemos permanecer vigilantes.

“Todas solo fueron puras falsas promesas. No es posible que uno trabaje de más y que no nos paguen como se debe– para mí eso es corrupción. Estoy agradecido que hoy estamos luchando por nuestros derechos,” compartió Gerardo Santiago Hernandez.

Nuestro equipo legal trabaja incansablemente para eliminar la frontera como una barrera a la justicia para personas trabajadoras como Eduardo y Gerardo.