Mientras recolectaba mariscos con una visa H-2B, Elisa Martínez Tovar descubrió que las condiciones de su lugar de trabajo estaban lejos de lo que le habían prometido. Su empleador obligó a Elisa y a sus compañeras de trabajo a vivir en viviendas deplorables. Las mujeres fueron canalizadas hacia tareas con pago inferior. A veces, pasaban semanas sin que les dieran trabajo. Sus visas las ataban a un solo empleador. Y la deuda en la que incurrieron para asegurar sus trabajos significó que Elisa y sus compañeras de trabajo no podían irse. Hace más de una década, Elisa se acercó al CDM para informar estas condiciones.

 

Elisa se convirtió en líder en el Comité de Defensa Migrante del CDM, educando a las y los solicitantes de empleo en su comunidad sobre sus derechos, hablando con los medios nacionales y brindando testimonio para defender la justicia. En 2009, colaboramos estrechamente con ella y otras trabajadores de productos del mar para lanzar el informe Picked Apart: Las luchas ocultas de las trabajadoras migrantes en la industria del cangrejo de Maryland. Después de años de abogar por prohibir las tarifas de reclutamiento ilegales y prevenir el fraude de reclutamiento, las mujeres en la comunidad de Elisa ya no pagan por trabajar.

 

Pero aún no hemos terminado nuestro trabajo. A principios de este año, cuando la escasez de personas trabajadoras en la costa este de Maryland dominaba los titulares nacionales, las casas de cangrejos pidieron la expansión del programa H-2B sin reconocer el abuso que enfrentan las mujeres en el marco del programa.

 

En 2019 se cumplirán 10 años desde el lanzamiento de Picked Apart, ¡y lanzaremos un nuevo informe! No podemos esperar para amplificar las voces de las trabajadoras. Hasta entonces,