PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO
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Jueves, 26 de junio, 2025
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Francisco Díaz, francisco@cdmigrante.org
Baltimore, Md. — Esta semana, los miembros del Comité de Apropriaciones de la Cámara de Representantes respaldaron una enmienda al proyecto de ley de financiamiento del Departamento de Seguridad Nacional que ampliaría drásticamente los programas de trabajo temporal H-2, una medida no solo increíblemente miope, sino también peligrosa para cientos de miles de trabajadores invitados.
Las personas trabajadoras que viajan a Estados Unidos con visas H-2 para trabajar en las industrias agrícolas, de mariscos, ferias y carnavales, entre otras, no pueden abandonar lugares de trabajo abusivos porque sus visas los atan a sus empleadores. A menudo no pueden acceder a servicios legales debido a restricciones impuestas a las organizaciones de asistencia jurídica. Muchas no cuentan con protecciones legales para organizarse. Enfrentan robo de salarios, represalias, violencia, discriminación e incluso trata de personas a tasas verdaderamente alarmantes.
Ampliar la cantidad de visas disponibles sin reforzar las protecciones para las personas trabajadoras ni garantizar la supervisión es irresponsable e inaceptable.
Para empeorar las cosas, esta medida para expandir los programas de visas trabajo temporal llega solo unos días después de que la administración Trump anunciara que suspenderá la aplicación de una regla de 2024 que proporcionaba protecciones cruciales y vitales para las personas trabajadoras del programa de visas agrícolas H-2A.
La expansión imprudente de los programas de visas de trabajo temporal es solo una solución superficial frente al caos absoluto provocado por las redadas laborales de la administración Trump, que han dejado a muchas industrias enfrentando una escasez de mano de obra aún más grave. Es, en esencia, una privatización del sistema estadounidense migratorio, otorgando un poder indebido a las grandes corporaciones para decidir quién puede ingresar al país.
Necesitamos soluciones reales que promuevan la libertad, la seguridad y el bienestar de todos: las personas trabajadoras, las familias y las comunidades. Necesitamos soluciones centradas en las personas, que brinden seguridad y permanencia tanto a los miembros de nuestras comunidades como a las personas trabajadoras reclutadas internacionalmente y que cada año contribuyen a nuestra prosperidad compartida. No podemos seguir creando excepciones para industrias específicas ni ideando soluciones superficiales e imprudentes que ponen a las personas trabajadoras en mayor riesgo de abuso y explotación. Necesitamos avanzar hacia un modelo migratorio y de inmigración que respete los derechos humanos de las personas trabajadoras, mantenga unidas a las familias y comunidades, y refleje las voces y experiencias de personas migrantes e inmigrantes.