Zareth
J-1 Au Pair
Au Pair
Massachusetts

Zareth viajó a los EE.UU. como J-1 au pair con el objetivo de mejorar su inglés. Con habilidades lingüísticas mejoradas, planeaba buscar un mejor trabajo en su campo de ingeniería industrial en su país, Colombia. Después de pagar miles de dólares a gastos pagados a una agencia de patrocinio y para su visa, Zareth fue colocada con una familia en Massachusetts.

La calidad de las experiencias de Zareth, sin embargo, estuvo muy por debajo de sus expectativas con cada familia con la que trabajó durante su estadía de un año y medio en los EE.UU. En la primera casa, su familia anfitriona requirió que trabajara durante el fin de semana durante su hora de descanso programada. Más tarde, fue tratada como la mujer de la limpieza por otra familia anfitriona, que la obligó a limpiar el desorden de sus hijos, incluso durante su tiempo libre. Zareth calculó que sus ganancias promedio ascendían a poco más de cuatro dólares por hora.

Asimismo, sus condiciones de vida también variaron. En una casa, su padre anfitrión era extremadamente agresivo con ella y, a veces, la hacía sentir incómoda con miradas lascivas. En otra, se encontró viviendo en circunstancias casi sórdidas con signos de acaparamiento en el hogar que le causaba incomodidad y era una fuente de conflicto. En un momento dado, Zareth se vio obligada a dormir en un sótano con tuberías ruidosas y expuestas justo encima de su cama. Cuando ella trató de llamar la atención de la agencia patrocinadora sobre sus problemas de vivienda, el coordinador del programa local dijo que no había nada que él pudiera hacer.

Con diferentes familias, Zareth aguantó abuso verbal de sus empleadores, quienes fueron “muy groseros” con ella y le exigían demasiado tiempo y trabajo. En un hogar en particular, su empleador no le daba días libres y insistía en que Zareth mantuviera un horario que le hizo imposible asistir a clases de ingés. En otro, le trataban como una “chica de limpieza” en vez de niñera, y sus empleadores la regañaban constantamente, “siempre gritando, siempre enojados.” En otro todavía, batallaba para atender sus necesidades básicas: reportó que la familia le obligaba a comer sobras de comida que ellos no querían comer y solamente le permitieron usar su teléfono “una vez” para llamar a su familia. Con un salario miserable que apenas sumaba a $4.20 por hora, para Zareth, contratar un servicio telefónico era el equivalente a “casi una semana de fondos.” A veces, a Zareth le iba tan mal que “no se sintía como persona.” Pensó en compartir su historia con un periódico en Colombia para usar su experiencia para advertir a otras personas.

Zareth cree que se necesitan mejores salarios para que los trabajadores J-1 puedan sobrevivir mientras trabajan en el extranjero. Ella también cree que el apoyo de salud mental es esencial para apoyar a los trabajadores que se encuentran en situaciones desafiantes y desconocidas.

“Yo pienso que las au pair necesitan más dinero; y en términos de comida, el programa debe de ser más específico. Debe de haber una evaluación psicológica para las familias y mejores condiciones de trabajo… Pienso que los postulantes en Colombia deben de tener más información, no solamente sobre la famila, sino sobre las condiciones de vivienda, y deben de hablar con otras niñeras. Yo le dije a una amiga que no viniera.”