Un camino a la ciudadanía sería transformador para millones de personas en los Estados Unidos. Para las cientos de miles de personas trabajadoras migrantes con visas, cuyo estatus migratorio se encuentra atado a sus empleadores, un camino a la ciudadanía significaría una oportunidad para buscar alternativas de empleo y dejar atrás condiciones laborales peligrosas. Es una cuestión de vida o muerte
El pasado fin de semana en INSIDER, Mari Perales Sánchez, Gerente Senior de Políticas Públicas y Defensora de Mujeres Migrantes en memoria de Elizabeth Mauldin (EMMA), publicó un editorial donde explica por qué la reconciliación presupuestaria debería incluir un camino a la ciudadanía para el mayor número posible de personas de su comunidad — incluyendo las miles de personas trabajadoras migrantes esenciales que vienen a los Estados Unidos con visas temporales.
Mari peleó de manera exitosa la cancelación de DACA por parte de la administración del presidente Trump ante la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Ella bien sabe las amenazas que enfrenta la comunidad inmigrante en el sistema actual que prioriza la explotación laboral sobre los derechos humanos — y cómo un camino a la ciudadanía podría mejorar estándares laborales, acercar y mantener unidas a las familias y proteger su subsistencia.
La pandemia ha demostrado que las personas trabajadoras migrantes son esenciales y no podemos permitir que el Congreso los haga a un lado en un momento crítico en la lucha por sus derechos. ¿Te unirás a nuestra lucha para asegurarnos de que las personas trabajadoras migrantes den forma a las políticas que las afectan directamente?